Llega el tiempo libre, el descanso y el buen tiempo, lo que hace que las vacaciones sea el momento más solicitado para aprovechar y despedirnos del pañal.

Sin embargo, antes de forzar una situación que puede ser o muy gratificante o totalmente frustrante, vamos a conocer qué requisitos serán necesarios para saber que realmente a llegado el día de ponernos manos a la obra.

Lo primero que hay que conocer es que para este proceso de aprendizaje van a tener que estar preparados tanto los padres como los propios niños. Por ello, la preparación de los padres para enseñar a sus hijos a retener la orina cuando tienen ganas y poder hacerlo en el orinal es tan importante como la preparación del niño para aprenderlo.

Es decir, el niño tiene que llegar a una madurez fisiológica y emocional para poder aprender las indicaciones que le darán sus padres o educadores: notar la sensación de pipi o caca que le indica su cuerpo, retenerlo un poco, bajarse los pantalones, braguitas o calzoncillos, quedarse sentado unos minutos en el orinal.

Son muchos datos para un niño de solo dos años que hasta ahora hacia, en cualquier momento y lugar e incluso mientras hacia otras cosas divertidas como jugar.

Y, ¿Cómo se si mi hijo está preparado fisiológica y emocionalmente?

No existe una edad determinada para comenzar con esta aventura pues, cada niño lleva su ritmo madurativo, sin embargo, si suele coincidir con los dos años aproximadamente cuando empezamos a observar las primeras señales que nos avisarán que ha llegado el momento.

Por tanto, La edad indicada para iniciar el proceso va desde los 24 meses hasta los 32 meses de edad.

Es importante tener en cuenta que para que el niño aprenda a controlar los esfínteres, necesita asimilar una gran cantidad de aspectos como distinguir las sensaciones y señales que le indican que tiene necesidad, retener la orina hasta llegar al orinal, calcular el tiempo para evitar escapes, frenar las contracciones del esfínter, … Para que el niño pueda llevar a cabo todo este proceso de forma coordinada y eficaz necesita que su sistema nervioso haya alcanzado la madurez necesaria para asimilar todo la información.

También hay que tener en cuenta la duración de este proceso, ya que no es inmediato, por lo que habrá que armarse de paciencia. Una vez se empieza con el proceso de aprendizaje, pueden pasar entre 3 meses y 12 meses hasta que el niño adquiera independencia para ir solo al lavabo durante el día.

La evolución de este proceso depende de la maduración del niño y de la implicación de los padres.

Así que paciencia y si habéis empezado hace poco a retirarle el pañal ya sabéis que en los 12 meses consecutivos deberéis estar pendiente de llevarlo al orinal o váter a menudo, animarlo en sus logros, tener paciencia con los escapes y llevar siempre y a todas partes un par de mudas de recambio.

¿Cuáles son las señales que me avisan que ha llegado el día?

Observaremos una serie de conductas que nos irán indicando que ha llegado el momento:

  • El pequeño se siente incómodo cuando tiene el pañal sucio.
  • Reconoce señales corporales cuando evacua, como llevarse las manos a los genitales o ponerse en cuclillas.
  • Se interesa por lo que hace mamá y papá cuando usan el baño.
  • Muestra regularidad en sus conductas por ejemplo hace caca después de desayunar.
  • Después de probar a ponerle en el orinal, comprobamos que el niño hace pis o caca en él.

Hasta aquí todo es mera observación y motivación, pero ¿Cómo iniciar el proceso?

Ante todo, ten en cuenta que Una vez que decidas quitarle el pañal, ya no hay marcha atrás (a no ser que veas que te has adelantado y que aún no es su momento).

  • Poner al niño en el orinal durante unos cinco minutos, no más, cada hora y media o dos horas.
  • Si lo utiliza correctamente dile lo bien que lo hace.
  • A medida que lo vaya controlando y respondiendo ir alargando el tiempo de ponerle en el orinal.
  • Según lo va consiguiendo ir dándole aspecto de normalidad solo premiándole por su actitud al final del día.

El hecho de generar una rutina, ayudará a vuestro hijo en este camino, de manera que es aconsejable que procuréis llevarle siempre a las mismas horas al baño, aproximadamente cada 2 horas. No esperéis que en cada visita al orinal salga un pipi o caca. Ir regularmente le ayudará a aprender con más facilidad a controlar sus esfínteres, y por tanto, adquirir el hábito.

Para evitar que este proceso sea aburrido es muy positivo, llevarle cuentos, inventarse canciones, juegos e incluso utilizar técnicas como la economía de fichas, de manera que todo sea más motivante para el pequeño.

 

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